43. Chongqing. Y otros baños.




   Esta ciudad china, 重慶,  prácticamente desconocida, se encuentra en la provincia de Sichwan y es un municipio de 82.000 kilómetros cuadrados y 40.000.000 de habitantes en el centro del país, rodeado de montañas y junto al río Yangzi. Los problemas de concentración urbana han llevado a buscar soluciones para todas las cosas: por ejemplo este baño público con capacidad para 1.000 personas donde lavabos y urinarios adoptan formas sugestivas. Obsévese a la derecha un mingitorio con la figura de la virgen María.


Como todo tiene sus antecedentes una idea un poco más sutil pero no menos explícita se encuentra en el Hotel Sofitel Queenstown, Nueva Zelandia, en el que desde los espejos un grupo de chicas hace evaluaciones y saca sus propias conclusiones.


El Hotel Roseenmeer Facility en Mönchemgladbach, Alemania, fue, se dice, el precursor de esta nueva generación de baños públicos que ha desatado humor y polémicas de género.

42. Gato esfinge


Se lo conoce también como gato Sphynx. Carece de pelo, tiene orejas muy grandes y, para algunos, cabeza de serpiente. A la gente le gusta y le causa rechazo en idénticas proporciones. Se cree que es un animal precolombino. En 1830 Rudolph Renger, biólogo alemán, lo describía como un mamífero paraguayo. En varias ocasiones el gato esfinge estuvo a punto de desaparecer pero hoy la raza goza de buena salud. Es muy dócil y sobre todo cariñoso con los chicos.

41. Constitución (Otra ciudad)


Los tranvías a caballo llegaban hasta los andenes del ferrocarril (Buenos Aires, circa 1890).
(Esta imagen (y otras que vendrán) fue descubiera gracias a un link de Yisel @Minervisha en Twitter).

40. Hermann I





   Ella lo había citado allí.
   Al mediodía es un lugar tranquilo. Tipo doce y media, le había dicho. 
   Él sabe que al mediodía Hermann es un restaurante tranquilo. Vive a media cuadra, cruzando la calle Armenia, y va con frecuencia a almorzar o a comer. A la noche no es tan tranquilo. Lo más probable es que se llene, y que haya algunas mesas con cinco o seis personas que hablan en voz alta.
   Los que permanecen inalterables son los mozos, al mediodía y a la noche: no se inquietan, no se les mueve un pelo, como se dice, y hacen su trabajo con idéntica tranquilidad y eficacia.
   Ella, quizás, no debe saber esta casualidad, por llamar a lo fortuito de alguna manera: que él vive a media cuadra de Hermann. Pero ya es casi la una y él, que no ha pedido ni siquiera las tostadas que pide siempre para soparlas en aceite de oliva con un poco de sal, empieza a sentir hambre. Le había parecido que si ella lo encontraba comiendo tostadas podría considerarlo una descortesía.
   Sin embargo es claro: dar una cita y llegar media hora tarde también es una descortesía. Así que pide sus tostadas, una botella de agua con gas y un poco de hielo.
   Un poco después, por fin, encarga un filet de merluza a la romana con una papa hervida. Y come. Lo hace con calma, sin advertir ninguna perturbación por la ausencia de la mujer que lo había citado, por el plantón que le infligió, por haber anulado la cita que le había dado sin avisarle.
   Cuando elige otra tostada busca que no esté quemada ni del derecho ni del revés y le quita la corteza posterior. Después, cuando termina de comer, reúne esos restos y los pone en la fuente de la comida que pidió o en su plato.
   Ahora son unos minutos antes de las dos cuando se va de Hermann, cruza la calle Armenia bajo un sol blanco, camina menos de media cuadra y llega al edificio en el que vive: un Tudor de 1930 que se ha invisibilizado entre kioscos de cigarrillos y kioscos de flores, árboles, y un par de edificios lamentablemente modernos que lo flanquearon.
   Sube hasta su departamento.
   En el contestador automático del teléfono encuentra un mensaje. Por el número que le da el sistema, sobre todo por los últimos cuatro números, que son los que recuerda, sabe que quien ha llamado es la mujer que le había dado una cita en Hermann para almorzar. El llamado fue realizado a las 12.38 horas.
   No lo escuchó.
   Encontró un porro al que todavía se le podían sacar un par de pitadas más. Lo encendió y lo terminó. Después se recostó en la cama, con la cabeza y las piernas sobre almohadones, y se quedó dormido.

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Anexos

En los primeros tramos de "Hermann" se adopta una cierta lógica del realismo. No el género en sí mismo puesto que el género induce a confusiones y, sobre todo, a tomar por real aquello que por definición, la ficción, no lo es. Adoptar de alguna manera una lógica realista es más flexible y suavizará los efectos de identificación. Se verá.

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El aceite de oliva, en Hermann, es Yancanelo y se elabora en San Rafael, Mendoza. A veces, él, cuando se da cuenta de que el gusto de este aceite le produce placer, piensa que no es el que usa en su casa. Para prepararse spaghetti con aceite y ajo, por ejemplo, él usa Lira, Lira Clásico, elaborado por Molinos sin ninguna mención a la provincia de Mendoza en los envases.

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El tema del aceite de oliva, que continuará, así como algunas observaciones de rasgos sesgados y pulcros del personaje producen, podría pensarse, un deslizamiento hacia modos del mal llamado objetivismo o, mejor, del nouveau roman, la última vanguardia narrativa del siglo XX, sobre todo en algunas novelas Alain Robbe-Grillet.

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39.Un bosque de otro mundo


No son montañas. No suben desde una base o plataforma rocosa. Es un bosque petrificado: piedras que llegan a más de 200 metros de altura y ocupan una superficie de 400 kilómetros cuadrados en la provincia de Yunnan a 120 kilómetros de Kunming en el sur de China.


El Karst de Shilin, como también se lo conoce, tiene un origen que se retrotrae a por los menos 250 millones de años y su formación admite dos posibilidades: una mítica y propia de un amor imposible y otra geológica. Como sea, en el bosque se encuentran puentes naturales, cascadas, lagos y cuevas. Y se sugiere realizar los recorridos establecidos para no perderse en sus senderos propios del más complejo de los laberintos.


38. Apostillas III

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   Vida Real 3.0 es, para decirlo de alguna forma, una novela de este siglo, que es el siglo del fin de la novela tal como la conocimos hasta el siglo pasado. Lo es desde su primera entrada y lo seguirá siendo hasta la última. Estamos hablando, es claro, de una combinación.
   El costado anecdótico de la novela comenzará en una muy próxima entrada, "Hermann I", y seguirá por ahí. Todos los otros perfiles, a su vez, continuarán por sus andariveles. Y aspira, por fin, Vida Real 3.0, a conformar una unidad, una entidad, un único cuerpo en el que lo real y lo no-real armen un tejido, una urdimbre, inseparables.

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Durante años, a partir de la publicación de mi primer libro de cuentos, guardé todas las reseñas, comentarios, gacetillas y demás yerbas que se publicaban. Después uno entiende que lo único que importa es qué dira tu necrológica. Y que no la vas a leer.

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Carece de toda importancia lo que los profesores de literatura, los así llamados críticos literarios, y los auto proclamados periodistas culturales, además de otros escritores, digan de tus libros.

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Uno ni siquiera escribe para la posteridad. Uno escribe para no morir de escepticismo.

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Por acá tenemos un considerable respeto por J.M. Coetzee, uno de los muy pocos Premios Nobel (2003) otorgado con algún principio de justicia. También por Kenzaburo Oé (PN 1994). Y por Samuel Beckett (PN 1969).

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Particularmente abominables fueron los Premios Nobel a Gabriel García Márquez (1982), a Camilo José Cela (1989), y a Mo Yan (2012).

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Y de una gran dignidad por parte de los autores es el hecho de que no hayan sido marcados por el Premio Nabokov, Borges, Graham Greene, Onetti y Marguerite Duras, entre otros.

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En cualquier caso asignarle el valor que sea al Premio Nobel no sirve para absolutamente nada más que para multiplicar una especie de populismo ignorante aplicado a la literatura.

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Es interesante constatar que los profesores de literatura que se autoconsideran intelectuales iluminados ejercen la censura en sus cátedras, se equivocan en la interpretación de textos, se aferran a sus silloncitos académicos como la señora sentada de la historieta de Copi, y terminan escribiendo en contra de instituciones democráticas y sobre las ovejas de las Malvinas.

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Todos estos dictaminadores consideran intolerable que les señales sus errores cuando ellos te han incluido en sus tristes cánones y desde entonces te borrarán de los programas, hablarán pestes de tus libros o harán silencio tratando de hacer creer que no existís. Y nunca faltará el cínico que te acusará de resentido.


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37. Cementerio de anclas


   El ancla fija la posición de una embarcación para que no quede a merced de las corrientes. Según las dimensiones y el peso de las naves las hay con un ancla, con dos y hasta con tres. También sus pesos varían, y se los calcula aproximadamente entre las tres toneladas, quince cada una en los petroleros, y en naves mayores hasta veinte toneladas.


   En la isla de Tavira, Portugal, se han depositado más de 200 anclas pertenecientes a viejos barcos atuneros que con la disminución de la pesca terminaron abandonados. Lo curioso es que los pobladores fueron quienes las acomodaron en la playa y así consiguen un efecto visual de hallarse en filas con una punta hacia arriba y otra hundida en la arena. La isla de Tavira hoy sobrevive gracias al turismo.


36. Cascada de Sangre en la Antártida


   La Cascada o Cataratas de Sangre se ven como una herida abierta en el Glaciar de Taylor (Tierra de Victoria al este de la Antártida). Algunos científicos sostienen la teoría de que en el lago subglaciar del que emana este tejido fluido rojo existen microorganismos extraterrestres que sobreviven sin oxígeno. Las bacterias podrían haber llegado al continente más extremo del mundo con la caída del meteorito AHL 84001 casi seguro proveniente de Marte y descubierto por una expedición en 1984.

Glaciar de Taylor (Valles Secos de McMurdo)

35. El brujo de la tribu (No-uzbeko)


   Bakhritdin Khakimov nació en 1960 en Samarcanda, Uzbekistán (entonces URSS). Fue reclutado a los 20 años para mandarlo a la guerra de Afganistán cuando la Unión Soviética apoyó a las fuerzas armadas en su lucha contra los muyahidines, guerrilleros islámicos armados y respaldados por Estados Unidos, Israel, Irán, Pakistán, Arabía Saudí, China y el Reino Unido en un típico enfrentamiento de la llamada Guerra Fría.
   Khakimov resultó malherido en un combate cerca de la ciudad de Herat y fue rescatado por una tribu seminómade. El herborista de la tribu lo curó, le enseñó su oficio y lo ayudó a integrarse y a participar de esa vida.


   Hace algunos meses, 33 años después, fue reconocido por su hermano Sharov, un ex teniente coronel de la policía, a través de una agrupación de veteranos de guerra y de una foto. Su regreso definitivo a Uzbekistán, país ahora independiente e islámico, no parece demasiado probable.
   Hoy tiene 53 años, es el nuevo herborista de la tribu, se olvidó de la lengua rusa, se llama Sheikh Abdulá, se casó con una mujer de la tribu y no tiene hijos. Conserva, de sus brutales heridas de guerra, algunos tics y un leve temblor en las manos. Lo más probable es que Sheikh Abdulá viaje a Samarcanda para volver a ver a algunos parientes y que en seguida regrese a su tribu en Herat.
   En la guerra de Afganistán murieron 15.000 soldados soviéticos y más de un millón de afganos.

1980 y 2013

34. Apostillas II



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Yo no me jacto de lo que escribí ni de lo que leí. Me jacto de lo que no escribí.

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El realismo mágico no sólo es deleznable. También es una superchería. Los grandes escritores, como Bioy Casares en "La invención de Morel" o Juan Rulfo en "Pedro Páramo", inventaron o reinventaron el género fantástico para escribir algunos de los mejores libros del siglo XX.

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Otro de los temas de "Vida Real 3.0" es el abandono de los temas. Es decir, algo de lo que se habla o se viene hablando, de pronto deja de mencionarse. Este recurso ya fue aplicado por el autor en la novela "La máquina de escribir" (Seix Barral, 1996) con los mismos catastróficos resultados.

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Soy un escritor emérito.

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No sería justo dar vuelta la página del siglo XX sin recordar a Evita, al Che Guevara, a la década del '60, a Luchino Visconti, a John Lennon, a Silvana Mangano, a Bill Murray, a Naomi Watts, y sin haber leído "El gran Gatsby" de Scott Fitzgerald, los relatos de Kafka y los cuentos de Borges.

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Pero además, en una selección contemporánea, arbitraria y de urgencia para alguien que se va a una isla desierta habría que recomendarle los cuentos de Hemingway, Faulkner, Flannery O'Connor, Onetti, Silvina Ocampo, "G." de John Berger, "El sobrino de Wittgenstein" de Bernhard, "Nocturno hindú" de Tabucchi, "Si una noche de invierno un viajero" de Calvino, "Viaje de novios" de Modiano, "El sabotaje amoroso" de Nothomb, "El lector" de Schlink, "Seda" de Baricco, "Amsterdam" de McEwan, "El adversario" de Carrère, "La noche del oráculo" de Auster y "Momentos de inadvertida felicidad" de Francesco Piccolo.
S.E.u.O

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Un escritor sólo debe aspirar al fracaso.

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33. La Puerta del Infierno


   El cráter de Darvaza, cerca de la aldea del mismo nombre, está en Turkmenistán. Tiene 60 metros de diámetro y 20 de profundidad. Un grupo de geólogos soviéticos vio de pronto, en 1971, cómo la tierra se abría y se tragaba sus equipos, todo el instrumental y sus tiendas de campaña.


   Frente al misterio decidieron que habían descubierto un infinito yacimiento de gas después de encender un fósforo para ver de qué se trataba. Desde entonces, hace 42 años, las llamas parecen eternas y aun cuando se haya dicho que el infierno de fuego católico no existe (Juan Pablo II) no son pocos los que creen que en Darvaza está, sí o sí, La Puerta del Infierno.

32. El inventor de la mentira

Cerviño entre República de la India y Lafinur
"Un toque de atención para solución argentina de los problemas argentinos"
(Clarín miente)

30. Chatarra en la vía


   En los últimos años del siglo XIX el florecimiento de la minería y los yacimientos de plata en Bolivia determinaron la necesidad de ferrocarriles. El primer tren llegó desde Chile al pueblo de Uyuni -en el altiplano del sudoeste de Bolivia a unos 3.800 metros de altura sobre el nivel del mar- en 1890.


   El paulatino vaciamiento de las minas fue dejando en vías muertas centenares de locomotoras estadounidenses y británicas en el desierto de Chug y a dos pasos del salar y de la mayor reserva de litio del mundo que están muy cerca del pueblo.


   El clima de la región y el paso del tiempo hicieron el resto. Y allí están, en la vía, incontables toneladas de hierro oxidado y en descomposición como en un panteón de lo que alguna vez fue, en Bolivia, el progreso.

29. Formoso (No-Papa 891-896)

"Sínodo del terror", obra del francés Jean-Paul Laurens (1838-1921)

   Formoso fue el Papa N° 111 de la iglesia católica. Elegido en el año 891 de la Alta Edad Media a su gobierno se le reconocen méritos que sin embargo fueron considerados todo lo contrario por sus enemigos que representaban internas opuestas y sumaban un gran poder. Aun cuando no se ha podido demostrar no son pocas las versiones que sostienen que fue víctima de una muerte violenta.
  Bonifacio VI sucedió a Formoso pero murió a las dos semanas de su elección aquejado, se dice, de gota, y a partir del Sínodo romano del año 898 fue considerado un antipapa.
   Por fin llegó al poder Esteban VI, que también se sostuvo muy poco tiempo al frente de la iglesia católica (896-897) pero que pasó a la historia por uno de los episodios más oscuros y macabros que se recuerden en su seno. Esteban VI decidió aplicarle al Papa Formoso un Damnatio Memoriae, que consistía en condenar y borrar su legado y todo lo que había hecho en su mandato.
   Nueve meses después de muerto, Esteban VI ordenó desenterrar el cadáver de Formoso, lo vistió de Papa, lo ató a un trono para que no se cayera, y el Sínodo -en medio de un olor intolerable- lo acusó de ambición desmedida, lo declaró culpable, anuló su papado, y decidió arrancarle y quemar los tres dedos con los que impartía bendiciones. Finalmente se resolvió tirar su cuerpo al río Tíber que cruza Roma.
   Este juicio se recuerda como "Concilio cadavérico", "Sínodo del terror" y "Sínodo del cadáver".

28. Apostillas I




   
   Uno de los temas, quizás el central pero no el único, de Vida Real 3.0 es el problema de la realidad. Y el problema de la no-realidad. Qué es real y qué no. Si es que lo real existe. Hay una frase que hace años se le adjudicaba a Borges. Parece un juego de palabras y sin embargo resulta, al mismo tiempo, el quid de la cuestión:  El mundo es real pero no existe.
   Si lo real se define por oposición a lo imaginario (es decir por oposición a la ficción, o a lo inexistente), así como el frío se define por ausencia de calor, la hipótesis de que lo real no existe (como no existe el frío) se construye sola.

27. San Zhi



   En las afueras de Taipei, en la isla de Taiwán, se comenzó a construir en 1978 un complejo turístico con perfil futurista en el que se cree ver también casas con forma de platos voladores. El proyecto estaba destinado en principio a militares de la armada de EE.UU asignados a misiones en el Asia Oriental.


   La construcción se paralizó definitivamente en 1980 después de una serie de hechos que no consiguen explicar los motivos pero que van desde accidentes hasta fuertes supersticiones. Se dice que un tifón arruinó a la empresa constructora; que una serie inexplicable de muertes de obreros hizo que los espíritus de los muertos acosasen a los trabajadores hasta que abandonaron el lugar; y también se habla de fantasmas que impiden derrumbar definitivamente el complejo porque los obreros temen que se instalen en sus casas.


   Las maldiciones que cruzan esta leyenda cuentan también que con anterioridad el lugar fue un cementerio de soldados holandeses. Y que los accidentes fueron provocados por dividir en dos el dragón chino de la entrada para ampliar el acceso.
   San Zhi, que nunca fue habitado, alcanzó por fin cierto interés turístico montado sobre la descomposición y el abandono. También para visitar las virtuales ruinas de una ciudad del futuro.

26. Gotas

   Ponerse gotas en los ojos es una de esas cosas que parecen simples y que suelen complicarse. La investigación científica y técnica no ha pasado por alto el problema y ya está a la venta este novedoso y útil aparato que evita que las gotas caigan afuera.


25. No-persona sin techo

Cerviño y República de la India. 10 de marzo de 2013. 9 am. CABA

24. Red


Los twits de @LennonyMartini
(Antología personal)

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Ratzinger está vacío.

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Nada más cerca del final que el deseo de ser inmortal.

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"Yo me enamoro de dragones" 
(RT) @cuasifeliz 

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La próxima vez que Twitter me proponga que siga a Nik me voy del país.

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Quiero dedicar este twit a mi vieja que siempre me apoyó y hoy me mira desde el cielo.

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No hay por qué esperar nada de nosotros.

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Si comés pochoclo en el cine no me sigas.

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No podría vivir sin el canto de las sirenas.

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Hoy acepté un caramelo de una desconocida.

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¿En qué lugar de un no-lugar nacen las historias de amor?

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23. Plaza Sicilia

Estanque que estaba junto a la quinta, hoy llamado Lago Victoria Ocampo

   La Plaza Sicilia se encuentra en los Bosques de Palermo entre las avenidas Libertador, Sarmiento, Casares y Figueroa Alcorta. Es probablemente la plaza más grande de Buenos Aires en la que sólo hay árboles y nada en ella, salvo el Aromo del Perdón, recuerda que allí se levantaba la quinta de Juan Manuel de Rosas.

Puente de hierro y madera sobre el arroyo por el que navegaba Manuelita Rosas (sin fecha de construcción)

    En 1829, a los 36 años, Rosas asumió la gobernación de la provincia de Buenos Aires después de vencer a Juan Lavalle. Seis años más tarde se hizo cargo de la Confederación Argentina (1835-1852). Hasta que el 3 de febrero de 1852 fue derrotado en Caseros por Justo José de Urquiza, que había sido comandante de su ejército. El día siguiente Rosas se asiló en el consulado británico y en seguida se exilió en Southampton donde murió en 1877.

Glorieta junto al arroyo (sin fecha de construcción).

   En 1845 Rosas le encomendó a su cuñado Lucio Norberto Mansilla la defensa de las costas del Paraná y así fue derrotada la flota anglofrancesa en La Vuelta de Obligado. La defensa de la Confederación ante el bloqueo le valió el reconocimiento de José de San Martín que en el testamento que hizo en 1844 (antes de La Vuelta de Obligado) legó su célebre sable curvo comprado en Londres a Rosas quien lo recibió en 1850 a la muerte del Libertador.

Aromo del Perdón

   Desde 1848 Rosas se instaló en la quinta que había construido en el bañado de Palermo y la llamó Palermo de San Benito. Allí vivió tres años con su hija, Manuelita, hasta la derrota de Caseros y el exilio. El 3 de febrero de 1899, bajo la segunda presidencia del genocida Julio A. Roca y la intendencia de Adolfo Bullrich la quinta fue dinamitada y se borraron todas las huellas de su ubicación. Una muestra brutal del desprecio por el patrimonio histórico.
   Un retoño del llamado Aromo del Perdón, junto al que Manuelita le pedía a su padre por la vida de algunos prisioneros políticos, pervive como puede a espaldas del monumento a Sarmiento pergeñado por el francés Auguste Rodin.
   En el cruce de Sarmiento y Figueroa Alcorta el golpista y fusilador Pedro Eugenio Aramburu inauguró en 1958 un monumento ecuestre a Urquiza. Y aunque nadie lo tenga presente se puede recordar que en sus últimos años Urquiza expresó su arrepentimiento por haber enfrentado a Rosas. Aramburu, por su lado, y en serie con Roca, hizo demoler la Residencia Presidencial donde vivieron Perón y Evita. La casa, antes, había sido la quinta de verano de la familia Álzaga Unzué, y hoy el predio está ocupado por la Biblioteca Nacional.

22. Rotas cadenas

Francisco Cafferata (Buenos Aires, 1861-1890)

   La Asamblea del Año XIII (Buenos Aires, 1813-1815) abolió la esclavitud en la Argentina a través de la sanción de la "libertad de vientres", es decir, los hijos de madres esclavas nacían desde entonces libres.
   Otra cuestión es qué pasó con la considerable población de negros en este país. Y es de suponer que mucho de cierto deben tener las hipótesis que sostienen que el polémico general Mitre los alistó a la fuerza, en cantidades considerables y a veces todavía engrillados, además de haber reclutado mercenarios, para la guerra contra el Paraguay.
   El primer escultor argentino, Francisco Cafferata, que murió antes de haber cumplido 30 años, dejó su obra maestra en bronce, La Esclavitud, que fue premiada con medalla de oro en la Exposición Continental (Buenos Aires, 1882). Este trabajo reposa hoy prácticamente olvidado en una plaza casi también olvidada de Palermo.

21. Abstracciones


   Google nos tiene acostumbrados a emitir, por ejemplo, 37.800.000 respuestas en 0.26 segundos si buscamos la palabra "Infinito". Lo curioso es que si realizamos la misma búsqueda en Imágenes no sólo Google no nos dice en qué tiempo lo hizo sino que arroja una sola, una única imagen: el símbolo que representa a esa palabra.
 Algo parecido sucede con la palabra "Eternidad". En Búsqueda Google se tomará 0.17 segundos para arrojar 14.100.000 resultados. En Imágenes, sin informar el tiempo en que lo hizo ni la cantidad de resultados, Google muestra "representaciones" más o menos poéticas del concepto, a veces incluso lo identifica con "Infinito" y, la sorpresa, edita el ideograma japonés que lo ilustra.


   Corolario: Al mejor buscador se le escapa la idea.